Hacia una educación intercultural

Fuente: Escarbajal Frutos, A. «Hacia la Educación Intercultural». Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria (2011) 18, 131-149.

Este estudio delinea principios y estrategias de la propuesta educativa intercultural, enmarcada en el proceso de globalización y contextualizada en el acentuado incremento del número de alumnos extranjeros registrado en la última década en las escuelas públicas españolas. El trabajo se propuso contribuir a desterrar estereotipos respecto a inmigrantes y a aportar a la formación de los docentes que trabajen con este colectivo.
El paradigma intercultural, se afirma, apunta hacia la inclusión de las personas de diferentes culturas y representa una mejor alternativa a los modelos educativos monoculturales, al aceptar que todos los seres humanos son pluriculturales. Bajo la concepción de una relación igualitaria, educa hacia la interacción y la comunicación entre las culturas, y su alcance trasciende los ámbitos escolares, extendiéndose hacia la educación social.
El multiculturalismo, en cambio, se expone, refleja una coexistencia estática de diferentes culturas, una dominante y otras subordinadas. Muchas estrategias educativas, se observa, reflejan en su implementación una combinación de ambos modelos (multicultural e intercultural).
El trabajo incluye una reflexión crítica acerca de modelos diferenciales adaptativos en general y de la educación compensatoria en particular, fundamentados en la Teoría del déficit.
Conclusiones
La pedagogía de la interculturalidad, se concluye, pretende ir más allá de la coexistencia, buscando desarrollar entre las culturas relaciones de igualdad, diálogo constructivo, convivencia sin discriminación y participación. Educar para la interculturalidad, se sostiene, significa formar a las personas para la convivencia en una sociedad que valora la diversidad, para que sean capaces de integrarse social y culturalmente preservando su propia identidad.
Para lograr su objetivo, se advierte, la educación intercultural necesita del apoyo de las estructuras sociopolíticas, ya que lo que verdaderamente separa a las personas, se afirma, son las diferencias económicas, sociales y políticas. Desde esta perspectiva se sugiere que la mejor manera de apoyar la educación intercultural es bregar por la democracia.