Cambio de roles: Una propuesta de pedagogía inclusiva aplicada al canto coral

Eva Pitlik Lautersztein, autora del libro El coro en la escuela (ediciones NOVEDUC, Buenos Aires) y de la versión en hebreo, bajo el nombre Hakol Bakol que fue aprobado por el Ministerio de Educación en Israel.

Introducción
Investigadores de todo el mundo han destacado los importantes beneficios que provee el canto coral a los cantantes. Es un derecho humano básico de la educación y no un privilegio para los dotados o motivados. Es así que decidimos investigar la implementación del canto coral con 150 alumnos en diferentes grados y escuelas primarias durante tres años, con la cooperación de la Dra. Aviva Aviv (socióloga), bajo el auspicio del Instituto Mofet de Tel Aviv.

En este artículo compartimos la experiencia en búsqueda de una pedagogía inclusiva que se enfrentara con las diferencias de motivación y entrenamiento musical previos de los alumnos. Encontramos que el cambio de roles permite la variedad en la actividad, y que cada alumno se sienta en el centro siendo observado, valorado, y por lo tanto, motivado.

Cuando nacemos somos el centro de atención de nuestras madres. Con el tiempo descubrimos que hay hermanos en la casa, o compañeros en la clase, y con ellos aparece la competencia, que induce a una lucha para seguir recibiendo atención.

María Montessori dijo «Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, en vez de competir, ese día estaremos educando por la paz».

Estrategias para implementar el cambio de roles


1. Yo puedo cantar:
• solo, y los demás me imitan en eco, o viceversa
• solo, la frase de apertura y los demás me responden, o viceversa
• junto con todos al unísono
• con distintos grupos vocales, cambiando de grupo.

2. Yo puedo improvisar:
• creando ritmos percusivos en mi cuerpo o con distintos materiales e instrumentos
• usando voces como bostezos, risas estornudos, etc.
• usando palabras sueltas o nombres
• usando refranes
• usando poesías conocidas, o que yo escribí

3. Yo puedo escuchar:
• mi propia improvisación o la de otros
• una melodía previamente conocida, con mi oído interno antes de cantarla
• mi propia voz mientras canto
• a mis compañeros en mi grupo vocal
• a todo el coro que canta para mí, mientras yo escucho sentado con los ojos cerrados
• a otros coros en vivo o grabados

4. Yo puedo dirigir:
• teniendo en cuenta mi postura corporal
• buscando el contacto visual
• practicando los movimientos que marcan compases
• cambiando gestos para expresar diversas emociones
• indicando el comienzo o el final del canto

5. Yo puedo aprender y enseñar:
• lenguaje musical.
• acústica
• anatomía y fisiología del aparato vocal
• repertorio local y universal

6. Yo puedo dar mi opinión:
• sobre la elección del repertorio, o la calidad del canto, por ejemplo

7. Yo puedo no cantar (siempre y cuando no moleste a los que cantan)

8. Yo puedo ayudar:

• a organizar el aula o filmar, por ejemplo.

9. Yo puedo expresar sentimientos con intención artística:
• con el apoyo de la poesía, el teatro, el movimiento y el dibujo.

10. Yo puedo colaborar en equipo:
• en los ensayos y en las presentaciones públicas

Resultados y conclusiones de la investigación
I. Entre todos los alumnos, solamente dos varones no participaron. Permitimos que no cantaran, pero sin molestar a los compañeros.

II. Todos participaron en asambleas de coros infantiles con un nivel que no bajaba del de los coros selectivos.

III. Los alumnos expresaron un sentimiento de orgullo al tomar parte activa en eventos culturales.

IV. Los maestros tutores de las cinco clases y los directores de las escuelas resaltaron el bienestar que el trabajo musical irradiaba, la autoestima, el desarrollo del poder de concentración, la sensación de pertenencia gracias al trabajo en equipo y la participación en eventos culturales.