Recuperando el pasado: La escuela al aire libre

Autores: Sensat Rosa

Fuente: Tendencias Pedagógicas, 35, 2020, pp. 153-158. (Ejemplar dedicado a: Futuros posibles para las escuelas y la educación), págs. 153-158. (Reseñado por el equipo del Portal).

Esta aportación nos ofrece un viaje al pasado a través del artículo: La escuela al aire libre, publicado en 1929 en la Revista de Pedagogía, por la renombrada educadora española Rosa Sensat (1873-1961), que entre otros cargos que desempeñó, fue directora de la sección femenina de la Escuela Bosque de Barcelona (España).

En la presentación del trabajo, realizada por los investigadores Teresa Rabazas Romero y Carlos Sanz Simón, del Museo de Historia de la Educación «Manuel Bartolomé Cossío», de la Universidad Complutense de Madrid, se contextualizó el quehacer de la pedagoga en los acontecimientos históricos de la época (Segunda República; Guerra Civil Española; Dictadura Franquista; 2ª Guerra Mundial) y en el panorama pedagógico, ubicándolo en el marco de un «movimiento de regeneracionismo pedagógico» que tuvo su eje principal en Barcelona.

Y fue precisamente el Parque de Montjuïc de esta ciudad el que albergó la innovadora Escuela Bosque, creada en 1914 a la luz de la tendencia educativa europea que apostaba por la educación al aire libre. La nueva institución incluía dos secciones separadas: para niños y niñas.

Los investigadores también hicieron referencia a la mirada feminista de la pensadora, que consideraba tres roles fundamentales de la mujer: «trabajo, educación y procreación».

Educación al aire libre
Sensat, a la par de destacar el gran significado que tiene la naturaleza en la educación, al «promover el espíritu de observación y estudio», también afirmó que la acción educativa «debe ser una actividad dirigida y aplicada».

Igualmente, cuestionando la frase de Rousseau «la mejor escuela es la sombra de un árbol», atribuyó también al aula, no solo al medio natural, un papel clave en la formación de los niños al constituir un «espacio para analizar y sistematizar la información recogida en el medio natural», además de ofrecer refugio en los momentos en que el clima no es adecuado para la permanencia en el exterior.

En este contexto la educadora aludió a los inconvenientes singulares que conlleva la educación al aire libre, planteando la necesidad de «saber comprender lo que conviene según el momento y la ocasión», enfatizando que el concepto clave en esta modalidad educativa es la adaptación.

Asimismo, la pedagoga subrayó el rol esencial que cumple la educación espiritual en contraste con la «instrucción de utilidad», que suelen demandar los padres del centro escolar, así como «el respeto a los ritmos de aprendizaje de los infantes y a su felicidad presente».

Su peculiar manera de entender la educación se refleja en el interrogante, hacia el final del artículo: «¿Dejan de ser analfabetos muchos de los que salen de las escuelas sabiendo leer, escribir y contar mecánicamente?».

Finalmente, Sensat sugirió que más importante que brindar al niño conocimientos, es «alimentar su inteligencia (…) y darle los instrumentos de la instrucción para adquirirla a su tiempo cuando le sea necesaria».