El aislamiento social del niño. Un tipo de acoso escolar o bullying que va minando progresivamente la autoestima del individuo

Educar y Orientar. La revista de COPOE. Nº 12. Junio 2020. 51-55. (Reseñado por el equipo del Portal).

La atención de situaciones de acoso escolar se analizó en esta aportación con el propósito de mejorar la prevención y el tratamiento adecuado.

Siguiendo a Gonzalez (2005) se destacó que la dificultad de los adultos para afrontar el problema del bullying se agrava por el hecho de que los niños se avergüenzan de contar lo que les sucede ya que «la sensación de rechazo destruye el sentimiento de pertenencia y bloquea la construcción de la identidad»

Secuelas del acoso escolar
Entre otras posibles secuelas que la víctima de bullying en la infancia o adolescencia puede llegar a desarrollar se mencionaron: depresiones; dificultad para entablar relaciones; fobias; adicciones; baja autoestima y comportamiento violento. En este contexto se indicó que estas adquieren mayor gravedad cuanto más cerca este el niño afectado de la etapa de la adolescencia.

Entre los factores que agudizan las consecuencias del acoso en la edad adulta figuran: el grado de aislamiento sufrido; la duración de esta situación; en qué medida contó con el apoyo de la familia o el centro escolar.

Se planteó que los padres de niños que sufren acoso suelen tener una actitud sobreprotectora hacia sus hijos, y por lo tanto, estos por lo general no cuentan con las competencias sociales necesarias tanto para afrontar la situación de maltrato como para salir de la situación de soledad, agravándose su estado a tal punto que puede derivar en suicidios.

Según González (2005), las posibles víctimas suelen pertenecer a uno de estos tres grupos: envidiables; vulnerables y amenazantes.

Atención del acoso escolar
Se destacó la importancia de atender este tipo de problemáticas de manera inmediata para lo cual se requiere que el profesorado esté atento a cualquier indicio de comportamientos agresivos entre el alumnado y en caso de identificarlo, comunicarlo de inmediato a la dirección del establecimiento educativo y darle el tratamiento debido.

Además se agregó que resulta conveniente atender el problema en tres niveles: individual, con el abusador por un lado y la víctima por el otro, y grupal.

Se sugirió conversar con la víctima para detectar si experimenta depresión y si se siente culpable (y en tal caso, transmitirle el mensaje de que no lo es).

Respecto al abuzón, se propuso entrenarlo en el pensamiento causal y enseñarle a asumir las consecuencias de sus actos.

Y con el grupo, enfocarse en propiciar el desarrollo de habilidades sociales y de una actitud asertiva. Se recomendó utilizar la técnica de dramatización para comprender las causas y efectos del bullying.

Se subrayó que la atención del acoso escolar en la escuela demanda docentes concienciados respecto a los principios que quieren impartir y que a la vez estén capacitados para hacerlo.

Asimismo, a nivel institucional, se recomendó realizar encuentros con los padres y con el plantel docente o mediadores, y proporcionar a todos los actores en el ámbito educativo la información y el asesoramiento pertinentes.

Finalmente, se aludió al papel fundamental que cumple la educación emocional y en valores, en la lucha por desarraigar situaciones de acoso escolar.

En el artículo se indicó que «el psicólogo noruego Dan Olweus fue el primero en estudiar de forma sistemática el fenómeno del acoso escolar o bullying».

Referencia

González, J. L. (2005). El maltrato psicológico. Cómo defenderse del bullying, el mobbing y otras formas de acoso. Madrid: Espasa Calpe.