La oportunidad de escucharlos: conversamos con los niños
Dra. Tirza (Teresa) Lewin: directora del Dpto. de la 1ª Infancia y profesora en titulaciones de Máster del Instituto de Educación Kaye College (Israel). En el Instituto MOFET: coordinadora académica de proyectos con Iberoamérica y editora académica del Portal Internacional de Educación y Formación Docente. Actualmente dirige una investigación sobre el discurso dialógico, emocional y auténtico en jardines de infantes.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas en noviembre de 1989 (Naciones Unidas, 1989), ha establecido un principio esclarecedor que reconoce el derecho de los niños a participar en las decisiones que afectan a su vida y a expresar su propio punto de vista. En los artículos 12 y 13 de la Convención, se destaca que el niño debe ser escuchado y respetado, y que se le debe otorgar el derecho a decidir o a anular la decisión de los demás. Esto implica que los niños sean considerados como individuos competentes, miembros fuertes y poderosos de la sociedad y como «personas capaces, expertos en sus propias vidas y poseedores de conocimientos e intereses».
La voz de los niños
Articulando con este derecho, resulta de fundamental importancia escuchar la voz y la perspectiva de los niños en la educación inicial durante sus actividades, a través de un diálogo auténtico entre maestros y niños. Escuchar las voces de los niños es una forma adecuada de garantizar los derechos de participación de los niños desde la primera infancia, para crear procesos educativos que promuevan una sociedad más democrática y equitativa.
Los niños en la educación preescolar se encuentran en un espacio educativo donde existen muchos eventos de comunicación significativos. Los estudios afirman que las interacciones juegan un papel importante en el desarrollo de los niños y del éxito escolar (Strickland & Marinak, 2016), y también encuentran que las interacciones de calidad maestro-niño otorgan un apoyo emocional, y social, así como instructivo. Sin embargo, los investigadores señalan que el enfoque predominante en la enseñanza académica limita el tiempo de diálogo y priva a los alumnos de la oportunidad de una comunicación significativa (Nicolopoulou, 2010).
Tales interacciones relacionales requieren un diálogo entre maestros y alumnos que privilegia la voz de los niños para que puedan expresar sus pensamientos y experiencias personales con el educador, participando en lo que se conoce como auténtico diálogo (Strickland & Marinak, 2016). Estas dinámicas reflejan que el diálogo permite a los niños expresar sus verdaderos pensamientos e ideas, hacer preguntas, comentar y debatir diversas interpretaciones. Además, el diálogo auténtico pone de manifiesto la capacidad del maestro de abstenerse de «controlar» y realmente escuchar a los niños.
Según los investigadores Strickland & Marinak (2016) y Barrera, Corso & MacPherson (2003) se requiere la creación de un espacio educativo para el diálogo auténtico y abierto donde se puedan practicar interacciones respetuosas y receptivas que respetan las creencias y valores culturales, y fortalecen las relaciones de los educadores con los niños y las familias.
A lo largo de mi extensa experiencia como educadora y formadora de docentes del nivel inicial, tuve la oportunidad de comprobar que los niños aprecian a sus maestros. Consecuentemente, al relatarles a los niños alguna historia o debatir con ellos algunos asuntos, mediante el desarrollo de una conversación dialógica, los educadores alientan a sus educandos a participar activamente y a hacer referencias a vivencias propias. De esta manera, los maestros promueven la construcción de conocimientos por parte de los niños.
La educación de los niños y niñas significa una gran responsabilidad y merece por ello que los educadores sean profesionales, desarrollen una pedagogía que considere a los niños y niñas, les otorgue un reconocimiento de sus opiniones y un reconocimiento de la legitimidad de la palabra del niño y de la niña, y las múltiples formas de expresión de ellos.
Referencias
Barrera, I., Corso, R. M., & MacPherson, D. (2003). Skilled dialogue: Strategies for responding to cultural diversity in early childhood. Baltimore: Paul H. Brooks Publishing Co.
Nicolopoulou, A. (2010). The alarming disappearance of play from early childhood education. Human Development, 53, 1–4.
Peled-Elhanan, N. & Blum-Kulka, S. (2006). Dialogue in the Israeli classroom: Types of teacher-student talk. Language and Education, 20, 110-127
Strickland, M. and Marinak, B. (2016). Not Just Talk, But a “Dance”! How KindergartenTeachers Opened and Closed Spaces for Teacher–Child Authentic Dialogue. Early Childhood Education Journal, 44(6), 613-621.