Violencia contra la mujer. ¿Un problema de falta de normatividad penal o socio cultural?

Fuente: VOX JURIS, Lima (Perú) 37 (1): 177-189, 2019. (Reseñado por el equipo del Portal).

La problemática de la violencia contra la mujer y las políticas implementadas en Perú para combatirlas se exploraron en esta aportación desde diversos ángulos –manifestaciones; evolución de las normativas a nivel nacional y mundial, y estadísticas oficiales– a la luz de la concepción que sostiene que la solución no radica en el sistema punitivo sino en «el gobierno del crimen». Este mecanismo, se agregó, propicia la reducción de la criminalidad contra la mujer «a límites tolerables».

En este enfoque subyace la visión de que la estructura social conlleva la criminalidad y esta «se aprende en la interacción social». Igualmente se observó que «la criminalidad es multicausal y plurifactorial».

Al analizar los conceptos de violencia de género y violencia contra la mujer se aludió al «triángulo de la violencia» que propuso Galtung. (2016) que refiere a la violencia directa, estructural (invisible) y cultural.

Sistema punitivo
En el trabajo se presentaron datos extraídos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que reflejan una ligera disminución en los casos de violencia contra las mujeres en Perú mientras que el número de feminicidios en el período de enero a mayo en el 2018 incrementó en comparación al mismo período en el 2017.

Del análisis de la información estadística se desprende que las sanciones penales no logran reducir significativamente la violencia de género. Esto se explica con el hecho de que los castigos que establece la ley no contemplan los contextos, causas y factores que conducen a las acciones de violencia y tampoco las consecuencias del ingreso a la cárcel de quienes cometen delitos.

Bajo este prisma, se considera que el sujeto criminal solo «se abstendrá de cometer un delito si sus consecuencias punitivas le causan miedo».
También se destacó que generalmente, las denuncias que realizan mujeres no reciben la merecida atención por parte de las autoridades y las denunciantes no reciben el apoyo social y psicológico necesario.

Entre otras carencias, se señaló la falta de suficientes refugios temporales para las víctimas y de supervisión de medidas que prohíben al agresor ingresar al hogar.

Gobernar el crimen
Frente a esta realidad se presentó una propuesta interdisciplinaria, enmarcada en el concepto de «gobernar el crimen», que asume la investigación de las causas de todo tipo –psicológicas, sociales, económicas y demás– que conducen al delito; los sistemas de control formal e informal y el impacto negativo de la permanencia en prisión.

Esta alternativa está orientada, fundamentalmente, hacia la «prevención social del delito», la «inclusión del excluído» y hacia una «solución integral», sustentada en la creación de comunidades solidarias.

Para lograr la seguridad integral de la población, se expuso, es necesario brindar a los ciudadanos «oportunidades en educación, salud, empleo, justicia, etc.».

Asimismo, se advirtió que los medios de comunicación contribuyen a exacerbar los ánimos y promover la venganza.

Finalmente, se enunciaron una serie de recomendaciones entre las que se contemplan la adopción de normativas internacionales relacionadas con los derechos de la mujer; ofrecer servicios jurídicos gratuitos a las víctimas; implementar políticas en las que colaboren instancias gubernamentales con organizaciones de la sociedad civil, los medios y el sector privado; construir refugios; capacitar respecto a esta temática a empleados administrativos; empoderar a las mujeres a través del entorno familiar y el sistema educativo; y formar a los jóvenes como «agentes de transformación».

Referencia
Galtung, J. (2016). La violencia: cultural, estructural y directa. Cuadernos de Estrategia, Número 183, 147-168.

INEI (2017). Perú: indicadores de violencia familiar y sexual, 2000-2017.