Formación docente desde un enfoque inclusivo. A 25 años de la declaración de Salamanca, Nuevos y viejos desafíos
Fuente: Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2019, 13(2), 91-109. (Reseñado por el equipo del Portal).
La formación docente se analizó en este artículo desde una perspectiva inclusiva, a la luz de los cambios que propuso la Declaración de Salamanca (DdS,1994) –reunión cumbre que se centró en la atención de las necesidades educativas especiales y promovió la Educación para Todos– relacionados con políticas e instituciones educativas, docentes y formación del profesorado, aludiendo especialmente al ámbito educativo chileno.
Paradigma inclusivo
En este contexto se hizo referencia al giro desde el paradigma integrador hacia el inclusivo, haciendo foco en las competencias profesionales necesarias para abordar la diversidad en el aula inclusiva, especialmente en los niveles educativos básico y medio.
La diversidad estudiantil se abordó como una «fuente de riqueza», generada por factores socioeconómicos, culturales, étnicos, de orientación sexual, discapacidad, y talentos. Se destacó la necesidad de fortalecer la formación docente para afrontar los desafíos implícitos en la atención inclusiva del alumnado.
Atención a la diversidad
A partir de experiencias internacionales se expusieron capacidades esenciales que deberían promoverse en los futuros maestros, tales como: respetar y valorar la diversidad de los discentes; apoyar a todos por igual; trabajar en equipo y formarse continuamente. Asimismo, se amplió sobre competencias básicas con las que debe contar el profesorado inclusivo, relacionadas con el conocimiento, la comunicación y la gestión.
Entre las recomendaciones relacionadas con la inserción del paradigma inclusivo en las instituciones de educación superior, que cierran el trabajo, figuran la inclusión como un eje transversal en la formación pedagógica y en los contenidos curriculares, vinculado con las prácticas y la representación de la diversidad en los alumnos y profesores de las IES.
Se concluye resaltando al profesorado como agente clave para la cristalización de la educación inclusiva en todos los niveles.