Publicado:
Ago. 15, 2012
Fuente: Revista Iberoamericana de Educación, Nº 59/4 – 15/08/12.
La afirmación de que los docentes son la «piedra angular» de los procesos educativos de calidad constituye el punto de partida del presente artículo.
Consecuentemente, se sostiene que todo sistema educativo enfocado hacia la calidad debe implementar procesos de formación inicial y continua del profesorado, para garantizar el desarrollo profesional docente que demanda la escuela de nuestros tiempos.
Del debate acerca de las habilidades profesionales docentes en las que se centra la formación permanente, que se construyen en base a la experiencia y práctica, surge el papel del mediador –ejercido por un docente que se ocupó de la «profesionalización de su oficio»– encargado de favorecer la reflexión en el marco de una dinámica definida como co-formación.
La interacción horizontal inherente al modelo de co-formación, se señala, genera relaciones pedagógicas dialógicas que se configuran en comunidades en permanente proceso de auto-reflexión y cambio. Estos colectivos, cristalizados en redes profesionales, cumplen el rol de mediador.
Asimismo, se destaca desde la perspectiva de la investigación cooperativa, la importancia de desarrollar proyectos pedagógicos desde las iniciativas y reflexiones de los propios docentes.
En este contexto se presenta la Red de Investigación sobre Trabajo en Equipo y Pedagogía de Proyectos, creada por iniciativa de la Fundación Convivencia – Centro de Investigación Educativa.
Cabe señalar que en el marco del análisis acerca de la calidad de la educación se exploran tres conceptos considerados fundamentales: eficacia, relevancia y procesos.
En la actualidad, se concluye, las redes docentes virtuales fortalecen las comunidades pedagógicas al facilitar, en su papel de mediadoras, el intercambio de los resultados de la reflexión sobre la práctica profesional.