Fuente: European Journal of Education and Psychology 2019, Vol. 12, Nº 1 (Págs. 17-29). (Reseñado por el equipo del Portal).
A partir de la concepción de que conocer los rasgos característicos de los alumnos que rechazan la escuela propicia una mejor atención de sus necesidades, en este artículo –publicado en inglés bajo el título: Relationship between school refusal behavior and social functioning: a cluster analysis approach– se exploró el impacto del funcionamiento social en comportamientos de rechazo escolar en el ámbito de la educación primaria en España, a la luz del modelo funcional propuesto por Kearney y Silverman, que aluden a 4 variantes del comportamiento de rechazo escolar.
Asimismo, se destacó la importancia de revelar estos perfiles ya a una edad temprana así como su relación con otras variables psicoeducativas.
Investigación
La muestra estuvo integrada por 1212 alumnos de 17 centros educativos de la zona de Alicante y Murcia que concurrían al los grados 3ª, 4ª, 5ª y 6ª del nivel primario.
Como instrumentos se utilizaron versiones en español de las escalas School Refusal Assessment Scale-Revised (SRAS-S) y Child and Adolescent Social Adaptive Functioning Scale (CASAFS), por medio de las cuales se evaluaron el rechazo escolar y el funcionamiento social, respectivamente, abordando 4 aspectos de este último: (rendimiento escolar, relaciones entre alumnos y en la familia, y tareas domésticas / autocuidado).
Resultados y conclusiones
Se identificaron 4 perfiles: No rechazo escolar, rechazo escolar por reforzamiento mixto; rechazo escolar por refuerzos tangibles y rechazo escolar por reforzamiento negativo.
Se señaló que el primero registró las mediciones medias más altas en la dimensión del funcionamiento social, mientras que el segundo las más bajas, resaltando que este grupo demanda una atención mayor por ser considerado inadaptado.
Igualmente, se planteó que en la actitud negativa respecto a la asistencia escolar subyacen sentimientos «de afectividad negativa, aversión social y síntomas de ansiedad», lo que trae aparejado dificultades en la consolidación de un funcionamiento social adaptativo.
Se concluyó que en términos generales, los hallazgos coincidieron con los de estudios anteriores, que, consecuentemente, sugerían que posiblemente buenas relaciones sociales con los pares podrían evitar la generación de una actitud de rechazo a la escuela.
Dadas las limitaciones de este estudio, se sugirió profundizar la investigación con discentes de otras culturas y edades, y tener en cuenta otras variables psicológicas y académicas, tales como logros educativos, agresividad y autoconcepto, así como la exclusión escolar.
Finalmente, se argumentó que la indagación realizada en este estudio acerca de los diferentes aspectos del funcionamiento social constituye un aporte significativo al análisis del comportamiento de rechazo a la escuela y se recomienda la elaboración de programas formativos para la adquisición de competencias sociales y comunicativas.
Referencia
Kearney, C.A., & Silverman, W.K. (1993). Measuring the function of school refusal behavior: the School Refusal Assessment Scale. Journal of Clinical Child Psychology, 22(1), 85-96.