Fuente: TekmanEducation
A partir del principio «Aprender no es solo memorizar una serie de cosas, es ser consciente de todo aquello que has aprendido», David Bueno, doctor en Biología, profesor de Genética y director de la cátedra de Neuroeducación en la Universidad de Barcelona, hizo referencia en esta entrevista al impacto que el medio ambiente (MA) ejerce sobre las predisposiciones genéticas.
En este contexto, Bueno planteó que el MA puede ejercer dos tipos de influencias sobre dimensiones tales como la creatividad y la inteligencia «potenciarlas o mutilarlas», dependiendo de cómo se desarrolla el proceso educativo.
La escuela y la creatividad.
Al aludir a la incidencia de las escuelas en la creatividad estudiantil, alertó que dada la sistematización generalizada, puede llegar a reducirla. Para favorecer el desarrollo de la creatividad en el ámbito escolar se necesita más espacio y más tiempo, agregó. Además, observó que como los niños tienden a imitar, el grado de creatividad del profesorado es un factor muy significativo en la estimulación de la de los niños.
Ejes educativos
La música, el arte y la psicomotricidad, sostuvo, deberían constituir ejes educativos centrales porque se comprobó que hasta los 8 o 10 años son las áreas que más fomentan la plasticidad neuronal, sobre la que se sustenta el aprendizaje.
El contacto con la naturaleza fue otro de los aspectos que destacó el experto en neurociencias como muy recomendable dado su gran aporte al desarrollo cognitivo, por lo que sugirió que los currículos deberían estimular la relación de los alumnos con su entorno.
También hizo referencia a la autoconciencia que se puede promover mediante actividades como yoga, mindfulness y taichí.
Educación pesonalizada
«La educación debe ser personalizada porque cada persona es diferente», concluyó Bueno, aclarando que esto no implica que sea necesario diseñar un currículo individual sino crear un ambiente que, mediante el trabajo cooperativo, propicie la integración de todos.