Fuente: OECD (2018), The resilience of students with an immigrant background: Factors that shape well-being, OECD Publishing, Paris.
El creciente incremento en la diversidad social, cultural y lingüística en el aula que revelan los Programas para la Evaluación Internacional de Alumnos (conocidos como exámenes PISA y la Encuesta Social Europea - ESS), se analizó en este informe –publicado en inglés en el contexto de las actuales olas migratorias. El trabajo fue elaborado bajo la guía de Andreas Schleicher y Yuri Belfali, y la supervisión del Comité de Política Educativa de la OECD–, en el contexto de las actuales olas migratorias.
Bajo la visión de que la educación puede ayudar a los estudiantes inmigrantes por un lado y que los flujos migratorios pueden beneficiar a la sociedad integradora por el otro, se relaciona la capacidad para preservar la cohesión social por medio de políticas educativas y sociales centradas en propiciar la integración de los niños inmigrantes.
Políticas y prácticas educativas
En el capítulo 9 se exponen ejemplos de diferentes estrategias de integración implementadas en una serie de países alrededor del mundo, con el objetivo de promover el bienestar de este colectivo.
Factores de riesgo
Se destaca que muchos de los alumnos inmigrantes tienen mayor riesgo de experimentar: bajo rendimiento académico, sentimientos de alienación, alta ansiedad respecto a su desempeño escolar y baja satisfacción. Pero, al mismo tiempo, muchos de ellos manifiestan altos niveles de motivación para alcanzar logros académicos y en la vida en general. Entre los principales factores que influyen en la configuración de este perfil se mencionan las limitaciones lingüísticas y un estatus socioeconómico relativamente desfavorecido.
Algunas de las iniciativas que se revisan se enfocaron en reducir la vulnerabilidad de los estudiantes mientras que otras, en fortalecer aquellas capacidades que les permite afrontar situaciones adversas. Las prácticas aluden a una amplia gama de temáticas tales como: políticas lingüísticas; acceso a la educación infantil y secundaria; distribución geográfica, acoso escolar; participación parental; programas de tutoría, actividades extracurriculares y demás.
Se resalta la importancia de que los educadores conozcan las historias personales de sus alumnos y la necesidad de brindarles un apoyo especial, sin que este conlleve su estigmatización.